¡Qué gran poder tiene la música!
Resulta curioso ver cuán diferentes son unos conciertos de otros, aunque las obras cantadas sean las mismas.
El público escuchante siempre ejerce una influencia en la coral, a veces mágica, donde parece que ambas partes se unen con un cordón umbilical común, por el que fluye una circulación musical de ida y vuelta cargada de energía y sentimientos.
Y este pensamiento no es mera literatura, queda avalado en este concierto de Santa Cecilia, nuestra patrona, donde se estrenaron cuatro obras.
Cuando el público es cálido y abierto, como en este caso, todo fluye sobre ruedas. Y paso a dar ejemplos que es como mejor se entienden las cosas.
Primera obra estrenada, Ábalos tus ojos, de corte medieval.
Fue estupendo que estuvieran en el concierto personas de esta villa, también medieval, con su alcaldesa al frente para escucharla. Para ellos, que nos habían regalado la partitura, era un orgullo escucharla y para nosotros cantarla, ya que son muchos los lazos de cariño que unen a Sorozábal con esa tierra de gran raigambre cultural, entendida la Cultura con mayúsculas, en todos sus aspectos.
Segunda y tercera obras estrenadas
- Ave María no Morro
- Portugalete villa sin par. Composición de Javier López y Txema Lorente, ambos componentes de los Barbis.
Este es el segundo ejemplo. Estrenar estas dos canciones con Barbis entre el público, hizo que nos sintiéramos bien, como en casa, aunque en alerta para no cometer fallos, porque ellos las tienen en su repertorio desde hace ya tiempo y las bordan.
Y sirva este comentario para felicitarles por enésima vez en su cincuenta aniversario. Barbis, personas trabajadoras y emprendedoras en la música, llenas de alegría y que seducen de forma especial a los portugalujos.
Cuarta obra estrenada, Alma llanera.
Comenzaba este escrito diciendo ¡qué gran poder tiene la música! Y lo voy a concluir diciendo ¡qué gran poder tienen las madres!
Alma llanera la preparamos porque me lo pidió mi madre, por sus recuerdos y vivencias en Venezuela, porque siempre hemos tenido mucho contacto con ese gran y rico país, hoy hundido por un personajillo que no merece ni que aquí aparezca su nombre.
Seguimos con el tercer ejemplo. Mi madre nos hizo una presión emocional, a mí y a todo el coro. Cuando se encontraba por la calle con algún coralista les ponía carita tierna y les decía: “cantar Alma llanera, que es muy bonita”.
En fin, no hace falta abundar más en este tema, se entiende perfectamente.
Por supuesto, antes de cantarla se la dediqué personalmente y fue un momento de ternura y lágrimas alegres y también de sorpresa y emoción cuando vi que también todo el coro se la dedicaba y le regalaban un precioso ramo de flores, que yo no tenía idea que hubieran comprado y que me emocionó muchísimo.
Muchísimas gracias a todos por tener esa atención con mi madre, no lo olvidaré nunca.
Estos tres ejemplos aclaran el comentario primero de cómo el público nos influye a la hora de cantar.
Hubo más canciones en el concierto, pero estas cuatro fueron las que nos motivaron por las razones ya expuestas. Las cantaremos en otros conciertos, pero nunca serán como en este de Santa Cecilia de 2016.
Tras este cúmulo de emociones cantó Ars Viva, coro de personas jóvenes que nos sorprendió a todos por la calidad de sus voces, instrumentación y puesta en escena, dirigidos por el gran músico y compositor Josu Soldevilla.
Terminamos la velada con un ágape regado con vino de Ábalos (Bodega Abeica), cantando Bilbainadas, canciones portugalujas y todas las que iban surgiendo.
Música culta para el concierto y música alegre y popular para divertirnos; siempre música.
¡Qué buena terapia!
Carmen Marqués Loredo.
P.D. Sorozábal quiere agradecer a Marta Barreiro (http://aliafotografia.com/) el excelente reportaje fotográfico que realizó en este concierto.
Gracias también Marta por abrirnos una ventana al mundo; a partir de tu espléndido trabajo de la página web somos internacionales.
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