Cantar en la tierra de mi padre y de la mitad de mi familia, Moraña, Pontevedra, fue un momento entrañable e inolvidable. Estrenamos para el público gallego Catro Vellos Mariñeiros, cantada en su propia lengua.

Además de todas las emociones que sentí, quiero resaltar la grandeza y la generosidad de la Coral Voces Amigas de Moraña y muy especialmente la de su presidenta Lola y de su marido Manolo. ¡Qué detallazo regalarnos el día del regreso una botella a cada miembro del coro de su riquísimo aguardiente!

Y qué decir de la cena del día siguiente al concierto… Nuestra directora, como una meiga gallega, recitando el imprescindible conxuro en gallego, un poco antes de finalizar la riquísima queimada…

Cuanta morriña. Cuanta saudade. Y todo el Coro, en el autobús, de regreso a Portugalete, cantando en gallego Fisterra…

Pepe B.

Yo destacaría la acogida tan calurosa y la amabilidad de este pueblo, ya que te hacían sentir como en tu propia casa. También a destacar su simpatía y cómo nos obsequiaron…

Un viaje inolvidable gracias a tu gente, Pepe. Te puedes sentir francamente orgulloso. Un verdadero placer.

Paloma D.

He tenido ocasión de ir con el coro a muchos sitios y siempre lo he pasado muy bien. No solo cantando, también por la oportunidad que te da el viajar de conocer mejor a las personas.
El viaje a Galicia fue especial por varias razones, por un lado tenía ganas de conocer Galicia, por otro, los gallegos nos hicieron sentir en familia, nos trataron con muchísimo cariño. Y lo más emotivo para mí, fue que mi hija debutó como coralista y me hizo mucha ilusión. Luego por los estudios no ha podido continuar, aunque quizás este próximo curso pueda reincorporarse.

Mari José.